El Louvre para expatriados

5 obras que no te puedes perder

Si vas a mudarte a Francia, tendrás la oportunidad de vivir en uno de los países más destacados del mundo desde el punto de vista cultural. El Museo del Louvre alberga la colección de pinturas más importante del país. Hemos seleccionado para ti las 5 obras de esta pinacoteca que debes contemplar durante tu estancia en París.

1. La Balsa de la Medusa 

La Balsa de la Medusa es una obra de Théodore Géricault que data del siglo XIX. Considerada como un icono del romanticismo, esta pintura está inspirada en un suceso real: el hundimiento de la fragata francesa La Méduse en 1816, que se dirigía a colonizar Senegal. La obra muestra la pesadilla vivida en el corazón del océano Atlántico. Tras una terrible tormenta, 150 hombres son abandonados a su suerte en una balsa improvisada gobernada por la desesperación y la locura. A través de las pinceladas de Géricault, puede verse como el instinto animal y la angustia se apoderan de estos hombres que se matan entre sí, reflejando el rostro de la humanidad. 

Photo credit: Imágenes por Temas on Visualhunt.com / CC BY-ND 

2. El tahúr del as de diamantes

Tres tentaciones para un hombre. Un tema recurrente en aquel momento se representa en esta pintura de 1639 de Georges de La Tour: el vino, el juego y la lujuria. Esta obra de arte debe interpretarse como una advertencia frente a estas tres tentaciones habituales que iban en contra de la moralidad de la época. Fiel a Caravaggio, de La Tour juega con la luz y hace un guiño a Jugadores de cartas, pintado un siglo antes. 

Photo credit: little.honeycomb on VisualHunt.com / CC BY-NC-SA 

3. Psique reanimada por el beso del amor 

¿Quién es capaz de permanecer indiferente frente a esta escultura, verdadera oda al amor que solo puede inspirar romanticismo y ternura? El maestro italiano neoclásico Antonio Canova evoca en este trabajo la historia de Psique reanimada por un beso de Cupido y no por una de sus flechas como sucede en la historia original. Esta obra maestra, que se caracteriza por el encuentro entre el Amor que desciende del cielo y la Psique que se eleva hacia él, es de una belleza particular y, además, está realizada gracias a su posición estratégica en el museo (frente a una ventana capaz de transformar la luz del sol en reflejos dorados en la escultura). 

Photo credit: Beulu on Visual hunt / CC BY-NC-ND 

4. La batalla de David y Goliat 

Este óleo sobre pizarra nació de un tema de debate frecuente entre los eruditos y artistas de la época: pintura vs. escultura, ¿cuál de estas dos disciplinas es la mejor? A comienzos de la segunda mitad del siglo XVI, Volterra decidió crear esta obra basada en un boceto de Miguel Ángel. Con el objetivo de demostrar que la pintura podía rivalizar con la escultura, pintó ambas caras de la pizarra. Casi dos siglos después, esta obra llegó a manos de Luis XIV en un pedestal de madera dorada que hacía posible que la pintura pudiera voltearse. Hoy en día, esta obra maestra no se exhibe en la pared, sino que se alza sobre un pedestal de color dorado para permitir a los visitantes contemplar por completo la obra maestra de la ‘Grande Galerie’.  

Photo credit: jean louis mazieres on Visual Hunt / CC BY-NC-SA 

5. Venus de Milo 

Todos los espectadores sucumben al extraño encanto de esta Venus monumental y sin brazos. Esta fascinante escultura fue descubierta en la isla griega de Milo (de ahí su denominación) en 1820 y pasó a estar tutelada por Luis XVIII, quien rápidamente la donó al Louvre. Esta escultura sin brazos y sin nombre emana misterio y despierta la curiosidad. Símbolo de belleza clásica, las características de su rostro respetan a la perfección los criterios de la antigua escultura griega, mientras su cuerpo se mueve de una manera casi sensual.

Photo credit: mahatsorri on Visual Hunt / CC BY-ND 

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