carta abierta
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Hago llegar ante Uds. mi presencia, mi nombre no importa realmente, soy un chico de edad 26, de vida común, de profesión tecnología, de amplios conocimientos, de buena posición, sin llegar a un rango de alto abolengo, sin vicios sin ocios sin arrepentimientos, sin remordimientos, solo soy yo y deseo confesar ante aquellos lectores de esta página que me puedan estar leyendo mi deseo de no continuar viviendo, he decidido hacer un último intento pues, ya no consigo un sentido a lo que siento de manera constante y punzante en mi corazón y en mi alma.
Soy u chico normal como vuestros hijos, para aquellos padres, como vuestros hermanos para aquellos hijos, como vuestros novios para aquellas mujeres, un igual ante vosotros pero a la vez distinto, mi vida, se ha creado con el fin de llenar el vacío de un matrimonio que asumió una pérdida de un hijo y he venido a remplazar aquella desconsolación con la cual fueron castigados, por ello no puedo tomar la decisión de arrebatarme algo que no fue concedido sino por gracias de otro, pero . . . nose cuanto pueda estar comprometido con esta promesa, pues mi sentir cada vez pesa mas y mas ahogándome en una oscura sensación de la cual no siento salida.
He buscado un medio dentro del anonimato en un lugar desconocido para poder escribir estas líneas que leen Ud. amigo lector. Mi Vida ha transcurrido de una manera sencilla, solo conociendo el dolor, el desprecio, la soledad y el odio, bien si no es así siempre pues es la sensación que me invade de manera constante, aunque cuento con el amor de aquellos cercanos a mí, y si no me ha faltado el apoyo entonces, porque sigo con esta sensación, porque de manera constante me siento en un ascendió por la soledad, por más que busco compartir de manera afectiva no logro hallar aquello tan anhelado por el hombre, el ser amado sin condición.
Pues mi experiencias se resumen en un solo dolor por más esfuerzo que realice, un modo siempre evoca el mismo trágico final, amistades, amores, esperanzas todas culminan igual en un vacio profundo de desamor y desesperanza, se, que parezca tonto, pero la vida ha tenido por mal habito regalarme decepciones, pero cuando estas son amorosas, la fuerzas para recupérame del mal paso, son pocas cada vez, ante la arremetida que bombardea mi corazón y mi alma, cada día sigo interiorizando lo que es mi vida y no termino de conseguir aquella fórmula mágica que calque la solución al problema. Ya no siento por hoy pueda volver a brindar por el amor, por el enamoramiento, por lo viajes a la luna y a las estrellas a donde quiere ir abrazados al ser amado, muchas veces he tenido la ilusión que este mal rato sea temporal, se, para algunos soy joven, pero para mí es toda un vida, una vida que no termina de decepcionarme las 25 horas del día.
Quizás no haya respuesta, solo necesitaba decirlo.23 may 2009, 05:04 anonimo